¿En qué consiste?

El proceso consiste en aplicar una capa de pintura sobre una superficie metálica.

Con la ayuda de una pistola electrostática pulverizamos una capa de pintura que se adhiere al material que vamos a tratar, una vez adherida la pintura, el material pasa al siguiente proceso. Consiste en introducir el material en un horno de secado en el cual se le aplica una temperatura constante de unos 200 grados durante un tiempo determinado, esto favorece que la pintura polimerice entre si creando una capa protectora ante la corrosión.

Este tratamiento ofrece una gran resistencia a las inclemencias meteorológicas y a las rozaduras o pequeños impactos.

Ventajas técnicas

  • Amplia variedad de colores.
  • Homogeneidad en la capa aplicada.
  • Se obtienen grandes espesores con una sola aplicación
  • Excelente cobertura tanto en bordes como en huecos.
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